Alguna vez te han preguntado cual fue tu héroe de pequeño?, ¿A quién querías imitar o parecerte?
¿A quién admiras por sus hazañas, por sus hechos?. Todos tuvimos alguno. La mía, lo confieso, fue Sherezade.
Esta mujer talentosa e imaginativa, consiguió salvar su vida donde otras la perdieron, cambiando así su fatídico destino con una estrategia y habilidad que muchos quisieran para si.
«Los cuentos de 1001 noches» se inician con la historia del sultán Schahriar, que al saber de la infidelidad de su esposa, ordenó matarla y para para no sufrir mas traiciones, decidió que cada tarde se casaría con una mujer distinta que después debería morir al amanecer.
Sherezade fue una de esas mujeres, la última, la única que salvó la vida gracias a su don, el don de la palabra, de la imaginación, el don de hilvanar historias inacabables que seducían e hipnotizaban al sultán, y que nunca se acababan, inspirándole y haciéndole pensar y sentir, dejándole con la miel en los labios, hasta quedar dormido.
Estas historias se sucedieron durante 1000 noches, pero la última noche a Sherezade se le acabaron las ideas, entonces solo le quedó llorar y suplicar, temiendo por su vida. Pero ocurrio algo inesperado, el sultán conmovido, había aprendido la lección, se había enamorado de ella y ya no podía vivir sin escucharla, entonces le perdonó la vida… y como ya se sabe, el final de todos los cuentos: fueron felices y comieron perdices.
La historia de Sherezade es la que encabeza y da forma a los «Cuentos de las 1001 Noches», siendo ella la narradora de estos cuentos con moraleja, cuentos formativos, cuentos para enseñar al sultán.
Sherezade, para mi es un ejemplo de las cualidades que debe tener un formador, un ponente, alguien que quiera vivir de la palabra.
Según el diccionario de la academia, un maestro es alguien que domina una habilidad, en cualquier materia, zapatero, albañil, cocinero, etc..todos somos maestros en algo…
Un formador es alguien que se entrenó en trasmitir cualquier materia y sabe enseñar. Si somos maestros en algo y sabemos enseñarlo, seremos maestros y formadores.
Hay muchas cosas que se necesitan, pero para mi estas son básicas para ser un buen formador.
1- El don de la palabra
Saber trasmitir, comunicar y escuchar, porque de nada sirve «saber mucho de un tema» y emitir mensajes, la comunicación es un acto en dos direcciones.
Si no se escucha al público no se podrá conectar, esto incluye saber administrar los silencios, dar espacio a las posibles preguntas, incluye tener la paz y ciencia de responder bien…porque que mal se siente, cuando observamos a alguien que no soporta una interrupción, ni una pregunta y sólo se escucha a sí mismo. Trasmitir es un arte.
2- La coherencia.
Haber vivido de lo que se habla, o se quiere trasmitir, esta sería la cualidad de un maestro, de no ser así, se es un formador pero no un maestro. El buen maestro no enseña con la palabra, enseña con su presencia, con su ejemplo vivo. Enseñar con el ejemplo es coherencia, porque las palabras se las lleva el viento. El médico que te dice que dejes de fumar, con un cigarro en la mano, es el ejemplo de lo contrario.
¿Quién no oyó esa frase de «nació sabiendo»… tiene cualidades «innatas»… Podemos enseñar lo vivido, en esta vida y quien sabe si en las otras… Lo aprendido, con esfuerzo y por necesidad personal lleva mas tiempo. De la búsqueda personal se llega a la experiencia o a la maestría.
¿Has observado que a veces se enseña lo que se necesita aprender? ¿Sería incoherencia dar cursos de pareja no habiendo encontrado su propia pareja? ¿Has observado a ese profesor de voz que sin embargo no sabe escuchar?
Pero también al enseñar se aprende, es un acto recíproco. Y formando se puede también alcanzar la maestría.
3- El entusiasmo.
Quien vive, o ha superado algo lo trasmite con pasión, ilusión, y «entusiasmo», esta palabra significa «estar con Dios», y sería el ingrediente que nos dice que estamos en el sitio adecuado.
El entusiasmo contagia, se hace «viral» es la mejor «estrategia». Ya no son «solo palabras».
4- Sentido del Humor.
El sentido del humor es la espuma en la cerveza y la guinda del pastel. Yo no escucharía, a no ser que me pagaran, (y ha sido mi trabajo a veces) a ningún ponente que no tenga el detalle de hacer reir a su público.
Sin el sentido del humor todo lo demás se hace correcto, pero pequeño, falta algo.
Una vez estuve en un taller donde el ponente tenía una gran experiencia, los ejercicios prácticos eran magníficos, el diseño del taller, impecable, la puesta en escena cuidada al detalle.
Sin embargo algo faltaba, y se notaba en el aire: el ponente exhibió durante 6 horas, la misma faz inmutable, mostró falta de alegría, no hubo ni un momento de sonrisa, de humor, de desahogo.
Estas serían cualidades básicas de un formador, habrá muchas mas.. Por desgracia muchas personas se conforman con comunicar sus conocimientos como pueden, muchos no seducen, ni inspiran y a otros no se les entiende.
A quien se vaya a dedicar a formar, dar charlas, hablar a la gente le pediría hacerse esta pregunta, acuérdate de Sherezade ¿Si de tus palabras dependiera tu vida? ¿Crees que te salvarías?
Si vives de la formación de hablar en público, a ti también te va la vida en tus palabras.
APROVECHO ESTE ARTICULO PARA AGRADECER A MUCHOS DE LOS FORMADORES
CON LOS QUE HE PODIDO APRENDER, ESPERO NO OLVIDARME DE ALGUNO POR FALTA DE MEMORIA;
Manuel Rodríguez Alejandre, Isabel Diaz, Brigitte Champetier, Joan Garriga, Gisela Vázquez y Antonio, Angélica Olvera, Svagito Liebemaster, Felipe Henriquez, Kany Surya, Carlos Escudero, José Pedro García, T Harv Eker, Bert Hellinguer, Isabel Serrano, Joaquín Suarez, Elina Cruz, Carmen Enguita, David Souto, Academia Kalsa, Cecilio Regojo, Agustín Bellusci, Carmen Asensio, Rosana Manrique, Belén Imaz, Maria Rosa Casal, Isabel Serrano, Fathy Andrawis, Rosa Briones, Belén Aragón, Javier Melguizo, Carmen Pardo, Jesús Cicuéndez, Diana Salcedo, Carla Barro, Rosabel Jimeno, Susana Cabrero, Javier Rivero, Maria Paradela, Rocío de la Vega, María José Ochs, Vedanta Suravi, Amparo Pastor, Miguel Angel Romero, Oscar Guinea.
Lola C. Belmonte
PD: Es mi opinión, como observadora, como asistente, como estudiosa, como «cursillista» . Si te gusta o te fue útil comparte o dale un +, gracias.
PD: Si te ha gustado, te ha sido útil, SUSCRIBETE
Muy buenos los 4 pilares del buen formador …o formadora
gracias¡¡