«Hija mía cuanta paz que trasmites», esta es una frase que se me quedó grabada, aunque quien me la dijo, una cliente, no sabía que la «paz» no era mía, vamos, que no estaba siempre así de pacífica «afortunadamente». Esa paz me la daba el «coctel» que me habían puesto en el hospital, donde llevaba dos días medio «drogada» y solo podía hablar de esa forma «ralentizada»…
Atender el teléfono era parte de mi trabajo, y en cuanto sono lo cogí, lo cogí como pude despacito, con mucho cuidado, ni estando «drogada» dejaba yo de trabajar, no se si seré una «adicta» al trabajo, me da igual, porque me gusta mi trabajo.
Normalmente la gente me pedía información del taller, que organizaba a cualquier hora, cualquier día…y yo había aprendido a darsela en varios «idiomas mentales».
Cuando mi cerebro oía ¿Qué es una constelación? Salía este mensaje: Pulse la opción A, B, C o D según interlocutor. Eso es la PNL ¿No? Hablar a cada uno en su idioma, y eso había aprendido a hacer.
Había aprendido sobre todo a escuchar, era lo que mas se requería, y algo de paciencia, también, porque la gente solía contarme su problema, o sus varios problemas, con sus madres, con sus hijos, con sus jefes, con sus maridos. Después que los contaban, entonces escuchaban.. Esto era así la mayoría de las veces: Mira es que me pasa «esto»…. y no se si esto me ayudará.¿Cuéntame cómo es? Muy pocos eran discretos y eso que dicen que nos da verguenza¡ Ka¡
Aquella clienta, por supuesto, no sabia donde estaba yo cuando me llamaba, ni se lo dije, claro, yo ese agosto del 2008 estaba en el hospital.
¿Pronóstico? vértigos.
Los vértigos, son como los terremotos pero en tu cerebro, o sea como «ceremotos» y los hay de distinta intensidad y duración, creo que el mio fue de intesidad 8, en la escala «vertical».
Síntomas, las cosas dan vueltas, el suelo además es «inestable», mejor andar a gatas, después de dos días dormida te sientes como si a tus sesos le hubiesen pasado la minipimer y no puedes moverte vas a «cámara lenta»…. y entonces te llama alguien y te dice «hija mia cuanta paz que trasmites»…
Fue solo un mes, pero al más largo de mi vida, después de tres días interna me devolvieron a casa, porque no podían hacer nada mas por mi, no porque estuviera bien.
En casa y como vivía sola, tuve que depender ..dura palabra, pero dependía de los amigos que me traían comida. Pasé el mes a cereales con leche de soja y fruta. De este modo tan casual, conseguí sin esfuerzo, perder unos kilitos y mejorar el estado de mi piel. Toda una cura de belleza, que no le recomiendo a nadie.
Por dias los síntomas iban bajando y cambiaban, pero uno de los mas persistente, era el de sentir como si mi cuerpo energético estuviese fuera de mí, como si mis cuerpos no encajaban en su eje. Cada noche dormía ordenando a mi cuerpo colocarse. El «mejor» agosto de mi vida, nunca descansé tanto.
Llegó el mes de septiembre y la fecha del siguiente taller, y aún una «nube» de vértigo cruzaba mi cabeza, podía haber tenido una suplente, pero decidí hacer mi trabajo por obligarme a salir, y porque nunca falte a ningún trabajo estando en pie.
Recuerdo que pasé casi todo el taller, de «cuerpo presente», la sensación era esa, mi cuerpo estaba allí ejerciendo, pero yo estaba fuera y ¿Dónde? no lo sé, las cosas no encajaban.
Y aquella sensación estuvo ahí, hasta que me sacaron a representar un papel, era un papel de madre, una madre extraña que me tocó hacer. Después de los movimientos que se dieron, mis cuerpos empezaron a encajar. Nunca supe porque fue, y porque en ese momento. Pero volvi de nuevo y totalmente a mi ser completo. Un gran alivio. Prueba superada.
Te recomiendo mi libro
EL VIAJE DE SHEREZADE
Deja una respuesta