Casas de parejas rotas, casas de sangre, frases de despedida
Casas de parejas rotas, las llamo casas de sangre, pueden ser casas dificiles de vender. A veces llegan a mi consulta con urgencia, una consulta de constelaciones, es una visión sistémica sobre tu problema No vender, donde podremos trabajar sobre la pertenencia, el orden y el equilibrio en esa situación, a veces cuando esos tres puntos se resuelven las ventas suceden, pero tengo que decir que no hay que esperar como quien va a Lourdes, o a Guadalupe, esperando milagros sin hacer nada.
A veces es imposible abarcar todo en una consulta de dos horas, ya que los enredos llevan enquistados por años, y lo peor, a veces se piensa que están resueltos por que no parecen quemar, están enfriados.
Pero basta abrir el campo para observar que el trauma continua,
que el duelo no se hizo, que las heridas siguen abiertas.
Suelen ser casas que podían haber sido vendidas hace muchos años, que a veces se tuvo oportunidad de hacerlo, pero se decidió no hacerlo.
Los motivos o excusas que se ponen son diversos, tal como describo en alguno de mis libros la casa se convirtió en el último vinculo de la pareja
Y la venta se convirtió en el último “juego psicológico”
– A veces, un juego de persecución, de víctima y perpetrador.
– A veces puede ser una “competición” en cómo hacer las cosas mejor,
– A veces es la incapacidad de soltar, de despedirse, por pena, por culpa, por emociones no resueltas.
Y es que la casa es el nido de amor, la casa “casa”.
La convivencia bajo el mismo techo es la gran prueba de los novios cuando se convierten en marido y mujer…
El noviazgo es bonito, pero la casa es la demostración de la unión. La relación de pareja es una de las mayores escuelas de eso que llaman “inteligencia emocional”.
Y en esa inteligencia que construye relaciones debe incluirse también como finalizarlas… Es como quien funda una empresa, y prevé como salir de ella.
Aunque en la pareja no se está pensando en salir, aunque todos se “casan para toda la vida”, hay que tener previsto el final. Suena poco romántico, pero ahorra disgustos.
Las buenas despedidas son de las cosas más difíciles, nadie nos enseñó a cerrar los círculos y a irnos bien de las situaciones.
Cuando abrimos el campo y observamos la situación, la persona es quien se va a dar cuenta de que el duelo no se hizo, que no se quiere soltar o no se puede, que aún hay emociones muy vivas, y esas emociones enturbian las decisiones y enturbian los resultados.
Y es por esto que las parejas rotas toman decisiones que en la “lógica” y en la práctica de la vida, a veces no tienen sentido.
Para que se acomoden a la lógica de la vida siempre hay una excusa y muchas veces suele ser el dinero… (En el caso de haber hijos en edad de crianza, es distinto).
«Si se vendemos ahora, perderemos dinero», se dicen.
Lo que muchas veces sucede es que lo perderán igualmente después, y además en el camino las relaciones se irán perjudicando aún más (no digo que siempre).
Entonces se sigue pagando hipoteca, a veces se decide por el alquiler y el matrimonio que era una sociedad sentimental se convierte en una sociedad económica.
A veces funciona, pero la mayoría de veces no.
Ya que la relación que ya estaba desgastada y maltrecha debe tomar decisiones, si en muchos casos ya había desacuerdos los habrá aun peor ahora. Y muchas veces estos desacuerdos antiguos pueden convertirse en una bomba de relojería en el momento decisivo de la firma.
Aunque aparentemente se lleven muy bien.
Cuando una pareja sin hijos se separa y decide mantener la casa que compraron los motivos no suelen ser económicos, son emocionales, ya que la casa representa el último vinculo de la pareja, la única cosa que les mantiene unidos. Unidos sea como sea.
Cuando no hay hijos por medio lo más lógico es separarse en todo, también en la representación que es la casa. Venderla.
Siempre digo que las casas no son solo ladrillos, tampoco son solo dinero o solo una inversión. Las casas que se compran para vivir en pareja son emociones, creencias, vivencias que toman forma física muchas casas ahí quedan como el recuerdo de lo que fue la relación.
Entonces lo que es más sano y más ecológico al hacer cuando se separa una pareja sin hijos que tiene una casa en común, es hacer el duelo.
El duelo abarca a la relación de pareja, a los proyectos en común, a las sociedades económicas, a la casa.
Hay que despedirse de todo aun asumiendo todas las pérdidas posibles.
Dejar asuntos pendientes, supone frenar lo que vendrá después, esos asuntos pendientes son como lastres que no permiten continuar.
¿Cómo saber que la despedida y el duelo fueron hechos y el circulo quedó cerrado?
Cuando podemos sentir agradecimiento y buenas emociones hacia la casa.
La casa debe ser despedida y agradecida.
No suenan bien las expresiones, deshacerse de ella, acabar con el tema, quitársela de en medio…
A la casa no se le debería mirar como una carga, un incordio, un gran problema del que escapar.
Una casa para ser vendida debería ser bien tratada, tratada como una “novia” que va a ir al altar para cambiar de estado… La casa debería entregarse así a sus nuevos dueños.
Es por esto que se inventó el Home Staging, (puesta en escena de una casa para la venta) El Home Staging propone esa decoración para vender, que no es una reforma, y que va más allá del cambio de aspecto físico, con él se incide en el estado emocional del posible comprador. Existen profesionales que se dedican a ese trabajo.
En el Home Staging el posible comprador es el punto de mira.
Yo, suelo proponer que la persona lo haga, ya que mientras se hace el cambio físico de la casa, se puede ir transformando el estado emocional del actual dueño.
Las emociones del dueño suelen ser bastante olvidadas en las ventas, y las emociones son energía que dan información al éter y que se convierte en formas.
Son formas de estar la casa, formas de tratar a los visitantes, formas en palabras y en resultados.
Por eso suelo recomendar hacer ese trabajo de despedida de agradecimiento y de preparación para la casa.
Y es muy importante hablarle a la casa, usaremos también decoración simbólica, según la ocasión.
A veces las personas me preguntan maneras de despedirse, pero siempre digo que es importante usar las propias palabras.
Un ejemplo puede ser.
“Mi bonita casa, cuando te encontramos fuiste la casa perfecta para nosotros, te decoramos y cuidamos con todo el cariño. Tú fuiste nuestro nido de amor, el escenario de nuestras ilusiones, espectadora de preciosos momentos.
Nos diste cobijo, resguardo, seguridad, calor de hogar, durante tanto tiempo.
Pero ya nos toca despedirnos, ya no te podemos cuidar más, ahora te visto y preparo para que nuevos dueños te disfruten y puedan cuidar.
Míralos con buenos ojos y míranos con buenos ojos si ahora nos tenemos que ir.
Aunque nos vayamos, tu siempre estarás en nuestro recuerdo y en nuestros corazones.
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